12 Octubre 2010.
La querida Venezuela de la mano de la gran Rusia va viento en popa a toda vela por todos los mares de la economía política de Iberoamérica. Es la cooperación bilateral entre ambas naciones para defender la libertad, el progreso y la soberanía a través de un acuerdo estratégico de traspaso tecnológico en materia de energía nuclear, instalación y desarrollo de industria constructiva moderna, industria automovilística, adquisición armamentística fundamental de defensa aérea, marítima y terráquea a cambio de la creación de empresas mixtas en la manufactura agrícola del cacao, café, yuca, platano, etc.; en la industria minera; en la militar y en la banca financiera. En esta última actividad nacerá el banco venezolano-ruso con una participación de 60% y 40% respectivamente que financiará la exploración, extracción y producción del petróleo y del gas venezolano en sus reservas del Orinoco.
También a cambio de la firma del contrato de venta del 50% de Ruhr Oel, que controla gran parte de refinerias en Alemania y que tiene la compañía estatal Peróleos de Venezuela, al primer grupo petrolero ruso: Rosneft, por 1.600 millones de dólares y cuyo otro 50% pertenece a British Petroleum. Y a la firma de venta de activos de BP en Venezuela al grupo petrolero ruso-británico en Rusia TNK-BP.
Los tratados de defensa, industria y energía garantizan a Venezuela la protección necesaria de Rusia frente a las ansias rapiñeras del enemigo norteamericano de U.S.A. y el núcleo elemental de penetración en el resto de paises iberoaméricanos para frenar su dependencia de las mismas y originar la expansión geoeconómica y preservativa de todos éllos.
Crisoldeltiempo.
© (Derecho en propiedad)