11 Marzo 2011.
Libia militarmente es la segunda potencia de Africa tras Egipto y la séptima de todo el mundo musulmán en el sistema balístico de defensa aérea tras Irán, Turquía, Paquistán, Siria, Arabia Saudí y el propio Egipto con más de cincuenta enclaves y casi medio millar de lanzadores transportables. Por lo que toda rebelión interna intentada sin apoyo de un ejército extranjero sobre el terreno es imposible que triunfe y cualquier ayuda desde el exterior a esa insurgencia armada de carácter neutralizador de su aviación es una empresa militarmente arriesgada y complicada sobre todo en la anulación de dicho sistema global antiaéreo.
Las fuerzas armadas libias cuentan con un ejército de tierra moderno, tanto en material y logística como en hombres fieles bien preparados técnica y jerárquicamente que manejan a la perfección las unidades pesadas artilladas, mecanizadas y acorazadas y una infantería ligera bien dotada en moral y lealtad al mando. La fuerza aérea la componen 130 aparatos operativos de caza y bombardeo de origen ruso, checo y serbio principalmente y 70 helicópteros de ataque también de origen ruso más que suficiente para derrotar cualquier rebelión interna que carezca de aviación como así es el caso actual. Finalmente su marina operacional esta compuesta por unos 20 barcos entre fragatas y corbetas de misil y unidades MFPBs que ayudan con su fuego a allanar las posiciones de combate de las ciudades costeras rebeldes.
Por todo ello, desde el primer momento la sublevación cívico-militar (integrada por desertores y una población excasa, joven, desorganizada y fragmentada) pagada, agitada y empujada por los servicios secretos británico y francés y los grupos tribales locales descontentos del poder del régimen, está sentenciada al más absoluto de los fracasos si no cuenta con la intervención directa de la aviación inglesa, francesa y norteamericana. Los rebeldes libios no representan, ni de lejos, peligro alguno para el poderoso ejército gubernamental que los persigue y combate en el desierto y los barre en las ciudades sin piedad.
Crisoldeltiempo.
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