2 Junio 2010.
La nación norteamericana de los Estados Unidos, que creara el capitalismo judío europeo en el último cuarto del siglo XVIII, ha sido víctima total del poder sionista instalado y desarrollado allí en sus capas más altas de dirección, desde el final de la segunda guerra mundial hasta la victoria reciente del partido demócrata. El partido republicano, controlado también en su cúpula por el sionismo norteamericano, ha manejado a su antojo al país de cabo a rabo en beneficio de su casta dirigente.
Ahora el resto de poder global interesado, tanto interno como externo, ha desalojado en una tercera parte aproximadamente ese poder sionista de las capas más altas y decisorias de la nación. Es una derrota primera muy importante pero lejos de ser definitiva, de ahí que todos los que han hecho posible la misma siguen trabajando para que en un plazo más o menos establecido consigan ampliarla hasta que así sea. Pero hasta tanto, este país va a estar sujeto al intento continuo y convulsivo de las acciones más relevantes de huida hacia adelante por parte del sionismo derrotado, para no solamente evitar siga siendo mermado sino recuperar el poder dejado; aunque sabe que no hay marcha atrás, que el proceso es irreversible y que su suerte está echada.
Van a ser años muy difíciles para los estadounidenses norteamericanos pero al final tendrán también, con su entendimiento, saber hacer bien, colaboración, unión y espíritu soberano, una nación libre e independiente del poder sionista que la ha regido manipuladamente y utilizado a su interés propio más codicioso y superlativo.
Crisoldeltiempo.
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