15 Mayo 2014.

Las regiones independizadas de todo el territorio del sureste de Ucrania (Lugansk, Donetsk, Kharkiv, Odessa, Zaporozhye, Mykolaiv, Dnipropetrovsk y Jerson) acaban de alumbrar el Estado Federal de Nueva Rusia que se integrará confederadamente a la Comunidad de Estados Independientes dirigida por Rusia, mientras que todo el resto territorial de Ucrania queda integrado unitariamente en Europa. Efectivamente Alemania, en contra de U.S.A., ha decidido repartir Ucrania entre Europa y Rusia para salvar ambas naciones el amago impotente de la ofensiva económica de U.S.A. contra su comercio del gas.

Eurasia, lo que Mckinder llamó la "isla", tiene las mayores y más grandes riquezas naturales del planeta y la Comunidad de naciones que la dominen tendrá también a todo el planeta. Efectivamente desde el río Rhin hasta el mar Amarillo y desde las cordilleras sur de los Alpes, Cárpatos, Cáucaso e Himalaya hasta la península escandinava y Siberia sus territorios los dominan el eje de sus cuatro naciones más importantes: Alemania, Rusia, Persia y China.

Así, el nuevo orden mundial que los nacionalsionistas norteamericanos quisieron imponer al mundo tras la caida de la Unión Soviética ha fracasado al completo, por la unión geopolítica de dicho eje basado en el motor económico y financiero de Alemania, la fuerza militar de Rusia, las reservas de gas y petróleo de Irán y la manufacturería y el crecimiento enorme de la renta nacional de China. U.S.A., tras la guerra de Irak, el final de sus saqueos militares y el rescate financiero de su banca quebrada nacionalsionista, se ha arruinado y ya no pinta nada relevante en el nuevo estatus quo que se ha establecido; salvo el de ser un mercado de destino consumista todavía interesante para las economías mundiales más exportadoras y las expectativas pacientes del Reino Unido, Canadá, Méjico y Japón para despojarla cuando llegue su momento.

Crisoldeltiempo.

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