4 Febrero 2011.

Los líderes religiosos musulmanes tienen que comprender que divididos van hacia la desaparición del Islam y tienen que esforzarse para crear una misma religión común de mínimos que agrupe a todos sus pueblos para defender sus intereses geoestratégicos nacionales de territorio, etnia, cultura, recursos naturales, economía y sociedad sin tener en cuenta sus diferencias religiosas históricas perennes y formar un panislamismo ideológico fuerte, soberano e independiente. La supervivencia moderna del Islam exige, además de superar diferencias teocráticas ancestrales, adoptar en su seno formas de laicismo que -sin abandonar su ortodoxia principal- permitan una unión conjunta de defensa y conservación pragmático-existencialistas.

El imperativo de todo poder se cimenta en una verdad de la dinámica irrefutable: la mutación para la permanencia. El Islam árabe, turco y persa tiene que entender forzosamente que unido será permanente e indestructible y la lección de cátedra que tienen que dar a los teócratas sionistas es tal: que si no cambian ellos también abandonando todo su autoengañismo ilusorio, obsesivo, sectario y maligno desaparecerán de la faz de la tierra para siempre.

Crisoldeltiempo.

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