20 Octubre 2009.

Rusia muy sabiamente ha puesto al servicio de la política toda su economía para que ésta prospere y sea muy poderosa a través de aquélla. Actualmente, la economía rusa es la octava del mundo con un PIB de 1,45 billones de euros, casi al mismo nivel que la de Italia y el Reino Unido, pero muy por debajo de su gran potencial de crecimiento que tiene ya que emprenderlo. Este gran potencial para conseguirlo, gradualmente de forma planificada, necesita de la política exterior en alianza primordial con Alemania, como así está sucediendo.

España, con un PIB de 0,91 billones de euros, ha tocado máximos en el crecimiento económico sin apenas margen de potencial alguno -sobre todo si abandona el eje franco-alemán y se echa en brazos del anglo-norteamericano- y, para mantener esos máximos e incluso incrementarlos algo más, necesita participar en el gran potencial de crecimiento de Rusia a través de alianzas comerciales y empresariales que doten a ambos paises beneficios e intereses recíprocos. Un ejemplo, Rusia necesita con urgencia la compra de Repsol y España construir autopistas y ferrocarriles de alta velocidad para unir Moscú y San Petersburgo con Alemania, además de construir barcos de pesca para renovar la flota rusa y dotar de infraestructura eléctrica a grandes regiones del centro y del este ruso; así las empresas españolas F.C.C., Talgo, UNINAVE, Iberdrola y otras se verán con contratos muy importantes que mantendrán a España en su actual crecimiento económico máximo.

Italia, cuando cambie su gobierno actual y se una al eje franco-alemán, también tendrá la oportunidad de participar en ese gran potencial de crecimiento ruso. Toda Europa continental se verá inmersa en el grandioso fluir político-económico de unión a Rusia. La primera potencia económica unida a la segunda potencia militar dará como resultado el más grande imperio democrático jamás nunca conocido. Así es y será.

Crisoldeltiempo.

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