Todos los analistas políticos, incluido quien escribe, pensamos que el final de Israel será atómico-nuclear, aunque no será de origen árabe gracias a su sabiduría, conocimiento y razón; ya que los árabes han decidido renunciar a tal posibilidad principalmente por su consecución lejana en el tiempo. Todos los analistas políticos, sin excepción alguna, estamos de acuerdo en que si Israel no aprovecha la última oportunidad que le brinda el mundo de sellar la paz con sus vecinos bajo las condiciones mínimas de éstos -que no son otras que las emitidas por las resoluciones incumplidas de la O.N.U.- en una respuesta nuclear de Rusia a un ataque atómico de Iarael sobre Siria o Irán.
Si el ataque de Israel principalmente a Irán fuera convencional, la respuesta de Irán también será convencional mediante una diluviante lluvia balística que arrasaría casi todo su territorio habitado sin capacidad apenas de otra respuesta israelí salvo la atómica de sus submarinos, bombarderos salvados y cohetes subterráneos guardados, ni que decir tiene que morirá matando.
Aunque hay una sola forma de evitar esa guerra convencional descrita de funestas y apocalípticas consecuencias para el pueblo israelí entero, la de invadir ahora preventivamente su territorio por un ejército internacional al mando de la ONU y apresar a sus dirigentes para ser juzgados y penados de acuerdo con el precedente serbio. El gobierno que surgiera después firmaría la paz total y el mundo quedaría tranquilo, feliz y contento. Demasiado bonito para ser verdad, pero es que además es la única alternativa que tiene el mundo ahora mismo contra el Estado de Israel, para evitar su acción suicida de guerra contra Irán antes de que el país persa anuncie al mundo que ya tiene la bomba nuclear y tenga entonces que vivir en paz con ella para que no caiga sobre su cabeza.
Crisoldeltiempo.
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