I. Raices de amor.
Echo raices junto a tí
igual que cuando nací,
con desespero ven a mi
y tómame ya de una vez,
no puedo vivir sin ti.
Solo y perdido estoy
con mis raices de amor,
deseando crecer en ti
sin quemarnos los dos,
en este mundo de dolor.
II. Tiempo sin era.
No hay flor en este tiempo de pena
solo noches oscuras y fríos de lecho,
sin tu calor en mi angustiado pecho
con esta soledad maldita que quema.
No hay futuro los años se han ido sin era
en la lánguida estación del pensamiento,
solo otoños e inviernos en retorno eterno
sin la vuelta del vergel de la primavera.
III. Ansiedad de ti.
Mi sensible gloria,
desde tu brillo
camina hacia mi;
no demores más...
estoy desnudo
solo listo para ti;
no hay soledad
en tu cuerpo,
únicamente alma
para vivir con mi;
tengo ansiedad
de edén hacia ti
y fuego del astro
por atarnos sin fín.
IV. La entrega de mi pulpa.
Yo no soy fruta
de un árbol prohíbido,
soy pulpa nacida
en bosque silvestre,
que te entrego
para colmar tu libido,
en néctares y jugos
de amor sin límite,
con sabor divino
por haberme cogido.
V. Lluvia de amor.
En nuestro paraiso llueve,
son gotas de gran amor
que nos envía el cielo,
para regar el feliz enlace
con las flores que crecerán
en los más bellos colores,
especialmente las rojas
se llenarán de esplendor,
para mirarte bien a la cara
rociada por bendita agua,
diciéndote qué bella está
con la lluvia nuestra dama.
VI. Diamante y oro.
Tu color es el azulante
y el mío de oro fino,
por qué no me engasto a ti
si tu eres puro diamante;
joya de diseño habrá
si mi amarillo quilate,
se engarzara en anillo
a tu celeste brillante;
un crisol de estrellas
formaría nuestro hogar,
con la mujer y hombre
fundidos en constante amar.
VII. Piel a piel.
Contigo piel a piel
durante horas unidos,
enamorado de tu olor
te toco hacia arriba
y adueñas mi estado,
con un deseo que da
muy lentos cosquilleos
de respiro jadeante,
al desmayarme de gozo
cuando besas mi boca
y abres los sentidos,
que me entregan lleno
a tu amor enloquecido.
Crisoldeltiempo.
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