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PERMANENCIA, MOVIMIENTO Y UNIVERSO. |
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26 Junio 2009.
La eternidad del tiempo, causa única no causada, es la constante y el absoluto que dota a su espacio vacío dimensional infinito la potencia para crear el algo; antes del Big Bang: las condiciones determinantes del mismo -primera en energía mínima, imperceptible, ilimitada y sobre todo irrepetible, pues solo puede ser originada en el espacio por el tiempo, causante del hidrógeno y segunda en éste (el hidrógeno) en su concentración y temperatura máximas- y después el Universo. Partiendo de que la nada, por sí sola, físicamente es imposible, es nada siempre, solo puede ser formando parte potenciada de una unicidad física preexistente (el tiempo); así, ese espacio físico o nada potenciada es el continente primero del algo energético imprescindible que causa a la materia gaseosa del hidrógeno y su movimiento y luego el del algo ya de su cosmos expansivo. El instante mismo del origen del Universo, es decir: del algo ya determinado y definido para expandirse, es aquél que permite que las condiciones al máximo (el algo primario) creadas por la nada en potencia se conviertan en el acto definitivo del movimiento material explosivo, el Big Bang, extendido a través del continente absoluto e infinito de la nada o espacio vacío. Por tanto, la potencia producida por la permanencia de la unicidad eterna del tiempo en el reposo y quietud de la nada vacía crea el algo: en forma de energía mínima e imprescindible del movimiento primero de la materia y de su agrupación y calentamiento; y en forma de movimiento continuo de la materia expansiva en dicho espacio infinito y evolutiva en dicho tiempo eterno. Así pues, todo es permanencia sin límite y absoluta (la de la constante tiempo en su espacio infinito) en movimiento (la del algo en su creación y evolución). Es decir, todo es dinámica: la del algo dentro de la existencia perenne de la constante única del tiempo que la desarrolla y de la magnitud infinita de su espacio que la contiene. Tiempo muy distinto totalmente diferente del variable empleado por el ser humano, es decir por la inteligencia, como medida del movimiento.
Así el átomo de hidrógeno es el elemento más pequeño, simple y remoto que formó a la materia concentrada antes del origen del Universo y el componente básico a partir del cual se construyen la inmensa mayoría de los demás elementos y la mecánica cuántica -que dirige el movimiento de la masa subatómica o partículas elementales con sus cuatro fuerzas: la electromagnética (EM), la fuerte (S), la débil(W) y la gravitatoria (G)- explica la energía mínima del movimiento de ese átomo de hidrógeno; es decir: explica la fuerza más pequeña, simple y primera que existe en la formación del microcosmos subatómico. El primer motor mínimo, simple e imperceptible con el que empieza el movimiento desde el microcosmos subatómico al macrocosmos universal regido por las leyes físicas y químicas que lo ordenan y regulan. La energía mínima de la que parte todo. El algo en su mínimo perenne, permanente e incesante hallado y demostrado matemáticamente, es decir el movimiento surgido de la primera causa no causada: la nada potenciada por la constante tiempo. En definitiva, la física cuántica ha validado, en efecto, la razón lógica de ARISTOTELES sobre la nada en potencia y el algo: "de la nada no puede engendrarse el ser pero sí de la potencia" "la potencia es la posibilidad del ser, la capacidad del ser"; ya que en la nada, por la potencia de la constante única del tiempo eterno, o espacio se originan las diminutísimas partículas más elementales que crean el primer algo: el gas hidrógeno y luego el algo concreto y definido: el Universo.
Crisoldeltiempo.
© (Derecho en propiedad)
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