7 Octubre 2010.

U.S.A. se pensará muy mucho si inicia la III Guerra Mundial a principios del año 2013 porque Rusia se lo ha puesto casi imposible con su misil intercontinental Bulavá: la gran insignia de su poder nuclear marítimo. El misil R30 3M30 Bulavá-30 (SS-NX-30 según la clasificación de la OTAN) tiene un alcance de 8.500 kms., burla todos los sistemas de defensa conocidos, incluido el escudo antimisiles del supuesto enemigo norteaméricano, y lleva diez ojivas nucleares de guiado individual con vuelo supersónico. Producido por el Instituto de Tecnología Térmica de Moscú (ITTM) en breve periodo de tiempo lo portarán todos los submarinos nucleares rusos de generación última, ocho en total fabricados en el marco del proyecto 955: código Borey. El submarino nuclear "Dmitri Donskoi" es el que actualmente realiza todas las pruebas y ensayos para que sea plenamente operativo e incorporado a los submarinos cuando estén totalmente terminados.

Unido al misil intercontinental de tierra Topol, la fuerza disuasoria rusa garantizará la paz al mundo durante al menos cincuenta años más y U.S.A. tendrá que inventar otras armas muy distintas si quiere apoderarse de la Tierra en ese espacio de tiempo; tarea muy difícil dado su debilidad económica y progresión decadente de su Estado ya muy superado.

Crisoldeltiempo.

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