20 Abril 2012.

El 15 de febrero del año 1.898 U.S.A. incendió y hundió su propio acorazado Maine a las puertas de La Habana culpándole el hecho a España para declararle la guerra y quitarle Cuba y Filipinas. El 7 de diciembre del año 1.941 Japón pica el cebo de U.S.A. que le pone en Hawai y ataca Pearl Harbor creyendo que al menos destruiría dos portaviones norteamericanos, pero éstos no estaban y U.S.A. le declara la guerra y se apodera del Japón en el año 1.945 tras lanzarle dos bombas atómicas. Con estos dos precedentes U.S.A. el 11 de septiembre del año 2.001 destruye las Torres Gemelas y la Torre 7 del World Trade Center de Nueva York y el ala oeste del edificio del Pentágono en Washington en una operación encubierta que utilizó a extremistas afganos para conquistar Afghanistán, Irak y luego Irán.

Mientras la conquista de Afghanistán fué inmediata con resolución de guerra vinculante para la O.T.A.N. del Consejo de Seguridad de la O.N.U. incluida, la conquista de Irak que no intervinó en absoluto en el pretexto del 11-S se le hace imposible a U.S.A. y tras nueve años de guerra se retira en amarga derrota e Irán se salva de la siguiente que se le preparaba. Pero queda Afghanistán en donde U.S.A. está atrapada con sus cien mil soldados que tampoco puden derrotar a los enemigos talibanes, en una autotrampa de orgullo guerrero y resignación hiriente sin que pueda para nada emprender otras guerras en regiones diferentes que se le están alzando a las barbas total y descaradamente.

Así, a fecha de hoy, U.S.A. quiere salir de Afghanistán con la misma prisa en la que entró, pero ya es demasiado tarde porque Rusia e Irán la tienen cogida y bien centrada allí; sabiendo además de antemano que si se marcha corriendo con el rabo entre las piernas toda esa región vital para sus intereses la habrá perdido para siempre.

Crisoldeltiempo.

© (Derecho en propiedad)