Los Derechos Humanos del sufrido pueblo de los Estados Unidos de América del Norte son violados un día sí y otro también por el gobierno de la dictadura político-económica de los grupos elitistas y plutárquicos que conforman dicha nación. Las masas populares de U.S.A. están siendo objeto de las más espantosas violaciones de sus Derechos Humanos más esenciales, así la integridad física allí no vale nada: las matanzas cotidianas -para eliminar a los ciudadanos que luchan contra ese régimen que se ha impuesto en todo el país por la fuerza represiva de su actuar autoritario paranoista- son los más grandes ilícitos penales contra el Derecho a la existencia de la vida humana.
Tampoco vale nada el pensamiento de libertad y dignidad de la casi totalidad del pueblo estadounidense al habérsele adoctrinado en el más absoluto catecismo de la sumisión y el gregarismo de corte y magnitud fascistas. Las mentes de los norteamericanos de U.S.A. están vaciadas de todo contenido de fortaleza más elemental por sus amos al más puro modelo conformista del silencio de los corderos, sin que puedan revelarse hacia una individualidad rica en valores de defensa colectiva contra su libertad existencial. Los súbditos estadounidenses, sumidos en la más absoluta carencia de ideología contraria a la opresión impuesta a golpe de síndrome dirigista patrañero, son zombis humanos sin cerebro al servicio de los brujos y hechiceros que dominan todo el ámbito totalitario y clandestino de U.S.A.
Los Derechos Humanos, que cimentan el ser y la esencia social de todo ciudadano, también son cercenados en U.S.A. en el ámbito civil tanto privado como público de los mismos; así el régimen dictatorial estadounidense, a través del engaño constante y de la distracción masiva, está privando a su pueblo de una de las partes más importantes que tiene el Derecho Humano de la persona a ser sujeto social dinámico y evolutivo. U.S.A., en su afán de controlar la sociedad civil de los estadounidenses, no repara en escrúpulo alguno para privar toda atmósfera de libertad social a la que por Derecho Natural está obligado a proteger y nunca a eliminar porque pueda ser o sea contraria a su dirección autoritarista. Es otra intervención violento-agresiva más del régimen unilateral sectario anclado en U.S.A. contra los incautos e indefensos individuos que integran su pueblo.
En fin creo que quedan suficientemente denunciadas, en esta exposición breve ante la conciencia y opinión públicas mundiales, las barbaridades más flagrantes que está cometiendo el tiranismo dirigente de U.S.A. contra los Derechos Humanos más fundamentales e inquebrantables de su pueblo y se tomen toda clase de medidas oportunas en evitación del continuo y constante desarrollo inhumano y proscrito de las mismas.
Crisoldeltiempo.
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