I.

La sombra amada.

Aún, si me fuera fiel,
me quedas tú en el mundo: sombra amada.
Vive el amor y ahí está tu esencia,
embriagando el aroma mi ser todo.
Es el anhelo del querer sentido,
que tú me lo llenas en mi espíritu.
Aún, si me fuera infiel,
me quedas tú en el mundo.
Sombra amada.
Muere el amor y ahí está tu perfume.

¡Vuela querer mentido!, 
alumbrando en mi alma el encanto inefable
de tu fuego en secretos lleno,
que arde en mis labios secos
como un beso eterno.
Así en mi cuerpo está tu señal,
que la llevo invisible
y mis manos la acarician,
mientras estuviera o huyera,
por el aire presente o fugaz.

II.

Una aureola solo par mi.

¡Una sombra solo para mi,
si esa aureola eres tú;
así: quién velará mi vida,
si yo no te tengo a ti;
quién me llevará al éter,
si no pienso ni creo en ti;
quién extasiará mis noches,
si tu penumbra no está ahí;
tú: mujer solo para mi!.

III.

Tus lágrimas.

Tus lágrimas son perlas
que yo recogeré para secar tu rostro,
si fueran recuerdos yo los guardaré
como verdaderos tesoros,
pero son finos nácares
que, tú: mujer en claroscuros de ser,
tienes que echar para llorar
por todo lo bello que mereces poseer.

  
Crisoldeltiempo.

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