8 Enero 2012.

Dentro de unos meses, en agosto, se cumplirán cincuenta años del asesinato para muchos de Marilyn Monroe; mientras la Norteamérica de la época cubrió el acontecimiento no con ¿quién? sino con ¿qué?, es decir no determinándolo con la autoría del  mismo sino con las causas aparentes y ficticias que lo rodearon tales como el cine, el sexo, la fama y la locura velándolo al efecto como un suicidio.

U.S.A., en ese tiempo, había puesto en su presidencia al heredero de una familia riquísima y católica que quería el cambio de la misma con el apoyo de los poderes del partido demócrata y de los magnates antinacionalsionistas y que un año después caería en Dallas en el magnicidio más grande de la Historia junto con el de Julio Cesar.

En la década anterior, ya Douglas MacArthur fué laminado de la presidencia del año 1.952 en favor de Dwight D. Eisenhower ambos republicanos pero MacArthur defensor de la bandera no nacionalsionista del mismo y consejero de J.F. KENNEDY para que se ocupara de los problemas domésticos y evitara por completo Vietnam; es público y notorio su pensamiento sobre la vida, la paz y el progreso en base a la democracia, la competencia y el libre mercado: "Por profesión, soy un soldado y me enorgullezco de ello. Pero estoy aún más orgulloso - infinitamente más orgulloso - de ser un padre. Un soldado destruye para poder construir; el padre solo construye, nunca destruye. Uno tiene el potencial de la muerte; el otro personifica la creación y la vida. Y mientras las hordas de la muerte son poderosas, los batallones de la vida son aún más poderosos".

La causa del  verdadero asesinato de Marylin Monroe está bien sellada y la autoría de la misma bien sospechada y también manipulada; John Fitzgerald y Robert Fracis Kennedy nunca la podrán contar.

Crisoldeltiempo.

© (Derecho en propiedad)